Medidas tomadas por Petro en sintonía con Estados Unidos y sus transnacionales
La soberanía energética de Colombia debe ser garantizada para ser autosostenible en hidrocarburos. Desde la campaña electoral, Gustavo Petro manifestó su acuerdo con Joe Biden en las políticas energéticas para enfrentar la crisis climática. En nueve meses no ha hecho más que aplicar medidas en sintonía con los intereses de Estados Unidos y sus transnacionales y en detrimento del interés nacional.
El impacto de las políticas energéticas de Petro en la economía colombiana
Un recuento de ellas debe partir de las emprendidas contra Ecopetrol en la reforma tributaria, por la que debe contribuir con cerca de 15 de los 80 billones que se recaudarán de 2023 a 2026, lo que debilitará su liquidez e incrementará su endeudamiento como ya sucedió, junto con la negativa a explorar nuevos yacimientos de petróleo y gas y con el nombramiento de cuadros directivos que proyectan en ella cambios drásticos e inciertos. Todo esto ha bajado la acción en la bolsa de Colombia de 2.657 pesos en enero a 2.087 en mayo y en Wall Street de 12,09 dólares a 9,07, una pérdida de valor de mercado de más de 20 billones de pesos.
Se suman las disposiciones anunciadas de importar gas de Venezuela y la eventual construcción de la estación regasificadora de Buenaventura para traerlo de Estados Unidos como lo establece el protocolo firmado en el gobierno de Duque, que sigue en pie. La parálisis de Ecopetrol impelerá a aumentar las importaciones de hidrocarburos y gasolina que son ahora el 30 por ciento de la demanda nacional.
Paralelo con ese procedimiento, Petro fomenta los “negocios verdes” con empresas extranjeras dominantes, en energía solar, energía eólica y transporte eléctrico. Así lo planteó en las recientes visitas a Estados Unidos y España, promoviendo una transición energética que, de hecho, es más una “recolonización energética”, como sucede con las 17 multinacionales que imponen 57 parques eólicos en La Guajira, de los cuales 22 presentan algún tipo de conflicto socioambiental en La Guajira sobre los derechos de las comunidades Wayuu y sin mayores contraprestaciones.
Propuestas para garantizar la soberanía energética y defender los derechos laborales en el sector minero-energético
La primera propuesta, que defenderé en el comité nacional de la CUT, es garantizar, sobre todo, la soberanía energética de Colombia, lo cual implica ser autosostenible en tanto persista la demanda de hidrocarburos. En consecuencia, la medida más urgente y directa, para proveer gasolina y diésel suficientes, es la modernización y ampliación de la refinería de Barrancabermeja que Petro, tanto como Santos y Duque, se niega a acometer.
En segundo término, apoyaré la transición hacia fuentes de energía sustentables con un enfoque de defensa a la soberanía política, económica y energética del país -contrario a lo que propone Petro y la banca multilateral-, siempre y cuando las decisiones de política pública y de comercio no pongan en riesgo la estabilidad de Ecopetrol, como dice su misión principal de “generar energía a partir de los procesos y tratamiento de hidrocarburos”. La producción de energías en fuentes renovables debe presentarse como solución complementaria y no sustituta, y su prioridad debe ser facilitar el acceso a esa energía para millones de colombianos y colombianas, y no fomentar el lucro y las ganancias de privados extranjeros.
Tercero, como es natural, defenderé los derechos laborales, políticos y los esfuerzos por fortalecer la organización sindical de los trabajadores del sector minero-energético y contra la tercerización de más de 50 mil personas entre Ecopetrol y las demás compañías petroleros, para lo que es fundamental la negociación que adelanta la Uso y cuyo pliego debe atenderse por parte de las directivas y el Gobierno de Petro de forma completa e integral. Es mi compromiso con la nación.