La política militar de Petro es de sumisión neocolonial, entregando no solo los recursos naturales y el territorio a Estados Unidos ―evidenciado en las bases―, sino también los cuerpos e integridad de las mujeres y niñas.
Desde hace más de 17 años, militares estadounidenses han violado y violentado mujeres y menores de edad, como en la base de Tolemaida en el 2007, donde niñas se vieron afectadas por militares estadounidenses. Olga Castillo, quien murió el año pasado sin ver justicia para su hija, denunció y exigió justicia para estos actos, siendo víctima de 4 atentados y dos desplazamientos. Este solo fue uno de los 54 casos registrados de niñas abusadas por militares estadounidenses.
Varias mujeres se unieron a la lucha por justicia de Olga y crearon una organización con su nombre, mediante la cual siguen exigiendo soberanía nacional, justicia, reparación y seguridad para mujeres y niñas. Al respecto, SOBERANÍA entrevistó a Alejandra Rodríguez Peña, activista de la organización Colectiva Olga Castillo.
Fotografía de la organización Colectiva Olga Castillo, tomada por Alia Luna Guerrero.
Periódico SOBERANÍA: ¿Por qué la política militar manejada por el gobierno actual y sus antecesores vulnera la soberanía nacional?
Alejandra Rodríguez Peña: Primero, hay que aclarar que ha sido una manera de imponernos ―sobre todo― un desarraigo de todo lo que sea nuestro. Tristemente no ha habido un cambio real. Este gobierno ha adoptado un discurso bastante colonial, no solamente en materia de economía, arrodillado a las multinacionales estadounidenses, sino que ha vulnerado nuestro territorio nuevamente, arrodillándose a las bases militares de Estados Unidos.
Quedamos a merced de Estados Unidos. Para nadie es un secreto lo que ha pasado después de las intervenciones de Estados Unidos en otros países. Nuestros recursos, nuestro territorio y las niñas y mujeres están en grave peligro. Pero hay un montón de medios alternativos que le hacen propaganda a este gobierno, que no es diferente de los de derecha y ultraderecha que hemos tenido.
Periódico SOBERANÍA: ¿Cómo afectan estos proyectos a los territorios, mujeres y niñas?
Alejandra Rodríguez Peña: No es desconocido para Colombia que hay comunidades que se ven afectadas por esto. Además, tenemos una política que está a favor del proxenetismo y a favor de la trata de personas, porque, aunque según el código penal en su artículo 213 “inducir a la prostitución es un delito”, en el país no se tiene en cuenta situaciones como que los proyectos militares y el conflicto armado, termina en situaciones como en este momento, en el Parque Nacional de Bogotá donde se están vendiendo niñas y niños por comida.
También tenemos historias como la de Olga Castillo, quien fue la cabeza de nuestra organización y quien denunció lo que estaba pasando en el 2007, cuando su hija Jessica fue violada en la base militar de Tolemaida, que tiene incidencia militar estadounidense, como en la mayoría de los proyectos militares del país. Allí más de 54 niñas fueron violadas y una de las niñas involucradas en estas vejaciones se suicidó al ver distribuido su video en redes pornográficas. Esto es una manera de terrorismo en contra de las mujeres y niñas. Estamos volviendo al juego de terror y dominación de los hombres, donde llegan a violar a las mujeres, vulnerando la soberanía. Es un acto de colonialismo que debemos denunciar y sancionar.
Periódico SOBERANÍA: ¿Cómo podemos exigir cambios y enfrentar esta problemática desde los procesos organizativos?
Alejandra Rodríguez Peña: Me parece importante la incidencia política que podemos hacer desde nuestros territorios, porque básicamente todas las instituciones a quienes les hemos pedido cuentas se excusan en la idea de la inmunidad diplomática para los militares, pero nunca nadie se pregunta que el Presidente de la República tiene la potestad de levantar la inmunidad diplomática para quienes cometan estos delitos en nuestro país.
Deberíamos empezar por preguntarnos: ¿Quiénes son los que están permitiendo esto? ¿Por qué hay complicidad del gobierno y la fuerza pública? Y por qué si a Duque, a Santos y a Uribe les exigimos, ¿por qué a Petro no?
Resulta que seamos miembros de la institucionalidad o no, el Presidente trabaja para nosotros y deberíamos exigirle, porque los más vulnerables no están siendo reparados. No nos vamos a arrodillar ante nadie, siendo antimilitaristas y feministas, porque eso no es objetivo. Ante el abandono del Estado siempre debemos accionar con incidencia política y resistencia desde nuestros territorios, reclamando que Petro llegó con banderas antirracistas, feministas y ambientalistas, pero nos está incumpliendo a todas y todos, ahora no es momento de quedarnos callados.
Fotografía tomada de la organización Colectiva Olga Castillo.
