Milei, $Libra y especulación: mercado y fraude sin control

La historia de $Libra refleja con precisión el “liberalismo” de Milei: el Estado respalda políticamente una inversión “privada”, los pequeños ahorristas confían en la narrativa oficial y el capital especulativo aprovecha la subida y se retira con las ganancias.

El episodio de la criptomoneda $Libra revela, tal vez como nunca, la estrategia oculta de Javier Milei como mediador global del capital especulativo. Su promoción del “emprendimiento”, seguida de un boom de inversión y su inmediato hundimiento, no fue coincidencia. Es un reflejo del saqueo financiero que su gobierno ya convirtió en política de Estado. 

El patrón se repite: se infla una burbuja con la propaganda gubernamental, pequeños inversores se arrojan de cabeza hacia la ruina y, cuando se destapa la farsa, se registra una repentina huida de capitales. La estafa con $Libra sigue el esquema de las grandes especulaciones que han arrasado economías dependientes y que, con Milei en el poder, encuentran un brazo ejecutor entusiasta. 

La historia de $Libra refleja con precisión el “liberalismo” de Milei: el Estado respalda políticamente una inversión “privada”, los pequeños ahorristas confían en la narrativa oficial y el capital especulativo aprovecha la subida y se retira con las ganancias. 

La consecuencia es obvia: la moneda colapsa y los pequeños inversores quedan atrapados en la ruina. 

Milei, como Petro, es otra pieza en el sistema de transferencia de riqueza, en el que los grandes capitales extraen beneficios de la crédula confianza de la gente. Su discurso “contra el Estado” no enfrenta el dominio del capitalismo digital como regulador arbitrario, sino que lo refuerza desde los canales oficiales del Gobierno y lo pone al servicio del saqueo de los ahorros. 

Es un esquema que Wall Street y la City de Londres han aplicado en cada crisis financiera de las últimas décadas: lo hicieron con las hipotecas basura en 2008, con la crisis del sudeste asiático en los años 90, y ahora lo replican en la Argentina de Milei con una criptomoneda que sube mucho y baja mucho en cuestión de horas, dejando pérdidas millonarias a quienes confiaron en la “innovación del mercado desregularizado”. 

Milei, de nuevo como Petro, ya ha convertido a su país en un laboratorio para el neoliberalismo. Su plan de gobierno, respaldado por los mismos grupos financieros que han explotado América Latina por décadas, no busca el desarrollo productivo ni la independencia económica, sino transformar al país en un enclave de la especulación global. 

La promoción de $Libra encaja perfectamente en su modelo de país: liberalización financiera sin regulaciones, permitiendo fraudes y estafas sin consecuencias para los grandes especuladores bajo la premisa de la libertad mercantil. 

El desmantelamiento del Estado como regulador del mercado garantiza, indudablemente, que las crisis afecten a los sectores más vulnerables y se refuerce la concentración de la riqueza. 

Bajo su administración, la Argentina ha experimentado una fuerte devaluación del peso, una inflación descontrolada y una precarización sin precedentes. Todo esto se justifica en un eslogan libertario que, en últimas, significa permisividad total para que los monopolios operen sin restricciones. 

El derrumbe de $Libra no es solo el fracaso del discurso de un esquema especulativo que promueve el libertarismo, es una muestra de cómo funciona el modelo: se endiosa al mercado como un mecanismo naturalmente justo y autorregulado, desconociendo cientos de años de historia que han demostrado que en realidad es un escenario donde solo ganan el capital financiero y la concentración monopólica. 

Se engaña a la participación popular en nuevas oportunidades económicas, pero las reglas ya están, esas sí, reguladas, para el beneficio y concentración capitalista. Cuando el sistema colapsa, se culpa a los inversores por “no entender los riesgos”, eludiendo toda responsabilidad gubernamental. 

Esta es la misma lógica con la que se destruyeron economías en América Latina bajo las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Consenso de Washington. Pero Milei no es una anomalía: es la evolución más reciente del proyecto neocolonial en la región, que ahora se disfraza de “nueva derecha” y “anarcocapitalismo” para ocultar su verdadera naturaleza de expoliación. 

Este episodio confirma la urgencia de una resistencia organizada contra el modelo de saqueo que representa Milei. No basta con señalar sus excesos o contradicciones, para frenar este modelo de explotación, es fundamental regular el capital financiero para impedir la manipulación especulativa del ahorro popular; reafirmar el papel del Estado como garante de la estabilidad económica y el desarrollo productivo; construir alternativas soberanas que no dependan de agendas impuestas; y desmitificar, de una vez por todas el “libre mercado”. 

Milei es un libertario en todo el sentido de la palabra: un arrodillado de los intereses extranjeros. Su agenda no promueve la libertad, sino un reencauche de colonización con discursos actualizados. 

Frente a su modelo de país subordinado al capital financiero, la única respuesta viable es la resistencia civil, política, económica y cultural. Argentina tiene una historia de lucha contra el saqueo. La necesidad de esa lucha sigue vigente.

Caricatura por M.M. – Majan (17 de febrero de 2025). Sigala en X y en Instagram.


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