Aunque el papel del Estado es ―en primera instancia― fortalecer la universidad pública, el artículo 68 de la Constitución Política de 1991 permite la educación privada y el Gobierno Nacional debe garantizar su normal desarrollo y no debe emprender acciones para extinguirla en perjuicio de millones de estudiantes que, ante la limitada oferta estatal, deben ingresar a las instituciones de iniciativa particular.
El Gobierno de Petro, contrario al artículo 69 de la Constitución Política, que lo obliga a facilitar mecanismos financieros que hagan posible el acceso a la educación superior, junto con su ministro de Educación ―Daniel Rojas Medellín―, decidieron lacerar al ICETEX, al suspender el giro de los recursos que el Gobierno está obligado a trasladarle a las universidades, en una evidente violación al derecho a la educación de unos 30.000 jóvenes que entrarán el primer semestre 2025, 180.000 estudiantes que requieren renovar su cupo y muchos otros que se quedarán sin alternativa si no se cumple con el giro de $420.000 millones comprometidos para este año y con el faltante de $1 billón que dejará en el limbo la convocatoria del próximo semestre.
Como presidente de la junta directiva del ICETEX, Rojas es el responsable de resolver los problemas de la entidad, como las deudas contraídas con el Banco Mundial y otros organismos internacionales, que explican los cobros onerosos a los usuarios ―incluida la capitalización de intereses― y que llevan a que en los préstamos se pague hasta cinco veces el valor del préstamo. La condonación de las deudas universitarias fue otra promesa de la campaña petrista con la que se engañó a la juventud, como pasó con el pago del faltante histórico por $18,2 billones con el Sistema Universitario Estatal (2018) y con la creación de 500.000 cupos nuevos en educación superior.
El Gobierno Petro no puede desaparecer el ICETEX de la noche a la mañana, menos aún cuando su gobierno profundizó la política de desfinanciación y reducción de calidad de las universidades públicas al aumentar sus compromisos financieros, con lo cual, permanece una gran proporción de estudiantes con la obligación de recurrir a créditos. Los paganini son la juventud y toda la sociedad colombiana abocada a una educación con menor cobertura y de menor calidad.
La Juventud de Colombia Soberana llama al movimiento estudiantil a organizarse y manifestarse en resistencia civil contra la antidemocrática política de educación del presidente Petro y el ministro Rojas, y en defensa de una educación nacional y científica.
