Ha sido noticia la deuda de aproximadamente un billón de pesos que acumuló la Federación Nacional de Cafeteros debido al incumplimiento de las entregas de café pactadas a través de “ventas a futuro”. A este grave endeudamiento nos condujo el exgerente Roberto Vélez Vallejo y su equipo, dejó a la Federación vulnerable y en la mira de quienes buscan debilitarla o incluso eliminarla.
Un antecedente importante
Desde 1989, bajo la dirección de Jorge Cárdenas Gutiérrez y Hernán Uribe Arango, se abordó el tema de los contratos de futuros en los estudios sobre la economía cafetera. Los ensayistas explicaron que este mecanismo, regulado por la bolsa, incluía periodos de entrega fijos y la formación anticipada del precio. Aunque originalmente fue diseñado para cultivos de rápido rendimiento, terminó aplicándose a cultivos estacionales como el café. De esta manera, se ofrecía la oportunidad de “vender anticipadamente a la cosecha un volumen de contratos equivalente a la producción esperada en el mercado de futuros”.
Los ensayistas también identificaron diversos riesgos, entre ellos las condiciones coyunturales de oferta en el mercado mundial, que dificultaban la transmisión de cambios en la cotización de la bolsa hacia el precio al productor, lo que generaba variaciones impredecibles en el diferencial. Carlos Felipe Jaramillo precisó: “La condición de correlación perfecta no se cumple con frecuencia, por lo que las bolsas de futuros sólo ofrecen, en el mejor de los casos, un seguro parcial e incompleto al productor”.
¿Cómo operan hoy?
En épocas del capital financiero los futuros ni siquiera son una transacción entre vendedor y comprador. Son operaciones bursátiles en las que la “especulación técnica”, compuesta por algoritmos computacionales, envía órdenes inteligentes de compra y venta de contratos con base en parámetros preestablecidos. No median emociones, solo secuencias con capacidad tecnológica para reaccionar en cuestión de milisegundos. “La especulación técnica es la causa de la extrema volatilidad de los precios en el mercado del café y es un síntoma de un problema dentro de un sistema mucho más grande”.
Familias caficultoras, la mayoría de ellas campesinas y algunas empresarias, con acceso restringido a la información del mercado, fueron sumergidas en ese riesgoso sistema por los directivos de Federacafé.
El ABC de la Federación que condujo a los cafeteros a los futuros
Roberto Vélez Vallejo fue el motor del negocio. Bajo su administración, a modo de ABC, la ofreció como una herramienta comercial, fijando volúmenes hasta por la mitad de la cosecha (cifra excedida después), garantizando al caficultor anticipar el precio “hasta 24 meses antes de la entrega”. De ñapa, a un precio de venta rentable que desapareció cuando subió la curva de los precios.
Trino de la Federación Nacional de Cafeteros.
En cuanto a las cooperativas, algunas aceitadas por pequeños feudos burocráticos sincronizados con los comités departamentales, corrieron a aplicar dicha herramienta. Otras fueron coaccionadas según denuncias, merced de los cupos de compra y compromisos institucionales.
El problema se agravó debido a que cada contrato en la bolsa, equivalente a 37.500 libras, a un precio de $1.20 dólares por libra en 2021, representaba un valor de $45.000 dólares. Sin embargo, cuando el precio alcanzó los $4 dólares por libra en diciembre pasado, el valor de cada uno subió a $150.000 dólares. Por cada contrato, la bolsa exige una garantía en la cuenta, conocida como margen, que comenzó entre $4.000 y $5.000 dólares, pero se calcula que aumentó hasta $10.000 y $12.000 dólares.
El problema se agravó aún más cuando las cuentas mostraron que la directiva asumió las posiciones en la bolsa sin adquirir opciones Call o Put que protegieran los riesgos. Estas opciones podrían haber asegurado un precio fijo y establecido al vencimiento del contrato, o bien, permitir la venta del activo financiero subyacente a un precio inferior si la tendencia se volvía bajista.
Se combinaron los riesgos ocultos para los productores con el manejo irresponsable de la herramienta. Estos hechos fueron denunciados por muchas familias a quienes, más tarde, los directivos, ya curtidos en la gestión, salieron a decirles: ‘Yo cumplo‘.
Un detalle interesante es que entre las primeras fijaciones de futuros aparecen las realizadas por Felipe Robayo, exgerente comercial de la Federación, quien según la W Radio fue despedido por desajustes en programas con recursos del Fondo Nacional del Café (FoNC), aunque él tiene certificado que consta fue por mutuo acuerdo. Posteriormente, Robayo reaparecería como una apuesta del presidente Petro para la gerencia de la Federación, y ahora incluso como columnista ‘crítico’.
Tan mala la cura como la enfermedad
Según noticias, las directivas de la Federación cerraron el pago de lo adeudado. Analistas del sector estiman que las operaciones tasaron la libra en cerca de $3,23 dólares. Inicialmente para 1.500 de 2.100 contratos equivalentes a 33 millones de kilos.
Como se mencionó, la Federación venía inyectando recursos, aunque a pérdida, debido a la exigencia de un margen continuo. Para diciembre de 2024, el precio superaba en dos dólares por libra lo pactado, lo que resultaba insostenible. Tras años renovando (roll-over) y manteniendo la posición abierta más allá de su fecha de vencimiento, optaron por cerrarla, asumiendo un costo superior a $150 millones de dólares.
Para cubrir este pago, se castigan $37 millones de dólares del Fondo Nacional del Café (FoNC), mostrando esta cifra como la pérdida, entre otras razones, porque puede ser ajustada mediante diversos mecanismos contables, como márgenes ICE, patrimonio y gastos, ventas inmobiliarias o reducción de costos burocráticos. Sin embargo, los otros $114 millones de dólares se trasladan como deuda de las cooperativas, registrándose en una cuenta de orden contingente, a modo de recordatorio contable.
En la práctica, ese dinero lo pierde la Federación, es decir, las familias cafeteras, pero no se refleja en las cuentas del Fondo (FoNC), ya que de hacerlo podría configurarse un detrimento patrimonial, lo que permitiría al Gobierno intervenir el contrato. En su lugar, surge una estructura contable peculiar: el patrimonio y el gasto generan utilidad, mientras que en el balance aparece una cuenta de orden. Un ejercicio de creatividad financiera.
Se avecina otro problema: con dinero de los cafeteros se está cubriendo la deuda de las cooperativas, que en teoría comprarán café a menor precio para pagarles. Pero esa idea es más ilusoria que real. En la práctica, se está sacando dinero del bolsillo de 550 mil caficultores, una suma equivalente a un año de contribución cafetera o a varios años del pasivo pensional. Un abuso contra los 350 mil cafeteros cedulados, quienes son los verdaderos dueños de estos recursos. ¿Cómo les responderán los directivos?
Así, la Federación logra aparecer como responsable de solo el 10 % de la pérdida, mientras que el resto recae sobre las cooperativas. La narrativa quedará en que el problema no se originó en la Federación, sino en el servicio cooperativo. Y aún queda por revisar con detalle el 45 % de las posiciones propias de las cooperativas. Por ahora, es pertinente preguntar: ¿qué responsabilidad tienen los gerentes, las juntas de vigilancia y los consejos de administración, que permitieron esta situación sin intervenir? ¿Serán estos mismos quienes administren los recursos del préstamo de la Federación para cubrir los faltantes?
El rol de dos gobiernos
Al final, el exgerente Roberto Vélez Vallejo, junto con los ministros de Hacienda, Comercio y Agricultura, y el director de Planeación Nacional del Gobierno de Duque, salieron sin rendir cuentas por el descalabro de las compraventas a futuro. Tampoco ha actuado el Gobierno de Petro, a pesar de que preside el Comité Nacional de Cafeteros, manteniendo los mismos cuatro cupos del Ejecutivo anterior y con el minHacienda conservando capacidad de veto. En lugar de intervenir, permitieron que el problema se agravara.
¿Autorizaron la reciente operación la ministra Carvajalino, el ministro Guevara, el ministro Reyes y López de Planeación Nacional? ¿Acaso la salida del exministro Bonilla aceleró la decisión? ¿Asumirá el Comité Nacional de Cafeteros la responsabilidad, incluidos los delegados del Gobierno y los directivos que han permanecido en sus cargos durante años?
Lo que se sabe hasta ahora deja claro que no puede reinar la impunidad: hay responsables, ya sea por acción u omisión. Esto plantea interrogantes clave: ¿configura este caso, en su conjunto, algún tipo de peculado, detrimento patrimonial, falsedad en estados financieros u otras faltas tipificadas en el código penal? Es urgente que la opinión pública y las autoridades competentes accedan a toda la información, incluidas las actas del Comité Nacional de Cafeteros de los últimos cinco años, y emitan su veredicto.