“Cuerpos que emigran, almas que regresan” es un proyecto académico de periodismo transmedia que ejerce la memoria como forma de resistencia al documentar las historias y motivos de la migración palestina a Barranquilla y el Caribe colombiano.
Isabella, Mariana, Ariana, Daniel, Arena, Tere y Valentina son un grupo de estudiantes del pregrado de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte que sean propuesto inmortalizar los relatos de quienes se ve obligados a partir ―desde 1947 con la primera Nakba tras el arrebato de territorio de Palestina impuesto por la Organizaciones de las Naciones Unidas (ONU) y aún hoy con el genocidio en contra de la población palestina, perpetuado por el Gobierno de Israel con el auspicio del Gobierno y el capital financiero de Estados Unidos―.
A propósito de su proyecto académico y su compromiso ético con el que tal vez sea el peor drama humanitario de la actualidad, el Periódico SOBERANÍA los entrevistó.

Fotografía y logos de “Cuerpos que emigran, almas que regresan”. Edición realizada por SOBERANÍA.
Periódico SOBERANÍA: ¿Cuál es el objetivo de su proyecto académico?
Cuerpos que emigran, almas que regresan: El objetivo del proyecto académico consiste en realizar una investigación periodística sobre las migraciones palestinas a el Caribe colombiano. El fin es poder ser el puente que explore, narre y preserve las memorias de la diáspora palestina. Es una propuesta transmedia que cuenta con diferentes productos. A través de un documental, un podcast, una plataforma web interactiva y contenidos para redes sociales, buscamos visibilizar las experiencias de desarraigo, nostalgia, resistencia, identidad y pertenencia de quienes emigraron, y de sus descendientes, reconociendo cómo estas historias dialogan con problemáticas contemporáneas como el desplazamiento, la violencia geopolítica y las luchas por la tierra.
Nuestro propósito es abrir un espacio de comprensión humana, donde la academia, el periodismo y la memoria se encuentren para darle voz a una comunidad cuyas historias han sido parcialmente silenciadas. También buscamos cuestionar cómo se investiga y se narra una memoria que no nos pertenece directamente, asumiendo la responsabilidad ética de investigar desde el Caribe, con rigor, sensibilidad y respeto hacia Palestina y su diáspora.
Periódico SOBERANÍA: ¿Por qué eligieron ese tema?
Cuerpos que emigran, almas que regresan: La elección de este tema nace de un momento de asombro genuino. La mayoría de nuestro equipo no es de Barranquilla, y al llegar a la ciudad, nos llamó profundamente la atención la fuerte presencia de la cultura árabe en la vida cotidiana: sus restaurantes, sus sabores, sus comercios y su influencia casi silenciosa pero constante. Para nuestra coordinadora general, que viene de Bucaramanga, el contraste fue aún más evidente. Esa curiosidad inicial se convirtió en una pregunta que nos abrió un mundo completo: ¿qué tan árabes somos los barranquilleros?
A partir de esa pregunta surgió un primer reportaje, y de ahí fuimos descubriendo que detrás de esta presencia cultural había una historia migratoria profunda, compleja y emocional que había moldeado silenciosamente al Caribe colombiano. Cuando llegó el momento de escoger un tema para desarrollar un proyecto transmedia en el ámbito académico, supimos que este era el camino. Al principio nuestra intención era abordar las migraciones árabes en general, pero por tiempos de investigación decidimos centrarnos en un país que resuena especialmente con nosotros: Palestina.
Elegimos Palestina no sólo por su relevancia histórica, política y humana, sino porque, como grupo, somos profundamente solidarios con la causa palestina y entendemos la urgencia de narrar estas historias en el contexto actual. Creemos que hablar de Palestina hoy no es sólo un acto académico: es un acto de responsabilidad ética y de sensibilidad humana.
Además, la mayoría de nuestro equipo ha vivido procesos de desplazamiento propio: no migraciones internacionales, pero sí mudanzas que nos han obligado a dejar atrás nuestras ciudades de origen en busca de oportunidades, estudios o nuevos horizontes. Eso generó una conexión emocional inmediata con los temas de desarraigo, nostalgia, identidad y memoria. Aunque nuestras experiencias no se comparan con los procesos complejos de migración palestina, sí entendemos la sensación de tener un origen que siempre nos toca la puerta.
Por todo esto, “Cuerpos que emigran, almas que regresan” nace de una mezcla de curiosidad, empatía y responsabilidad. Queremos narrar la historia de quienes llegaron desde Palestina al Caribe colombiano, pero también reflexionar sobre lo que significa migrar, adaptarse, recordar y, de alguna forma, regresar siempre al lugar del que venimos.
Periódico SOBERANÍA: ¿Qué hallazgos han encontrado?
Cuerpos que emigran, almas que regresan: A lo largo de la investigación descubrimos que la migración no solo implica un desplazamiento geográfico, sino también una transformación emocional y cultural que redefine la identidad. En el caso palestino, comprendimos que el hogar deja de ser un lugar físico para convertirse en un espacio simbólico vinculado a la memoria, los valores y la herencia familiar.
Entendimos que el fenómeno migratorio palestino no comenzó recientemente, sino que tiene raíces históricas profundas, especialmente desde la Nakba de 1948, cuando inició un desplazamiento masivo que marcó generaciones enteras. Sin embargo, más allá de los datos y fechas, el hallazgo más valioso ha sido ponerle rostro humano a estas historias y evidenciar cómo los migrantes viven entre dos mundos: el presente en el que se asientan y el pasado que mantienen vivo a través de la nostalgia y la esperanza.
También identificamos que, pese al desarraigo y a las condiciones adversas, las comunidades palestinas logran preservar su cultura, fortalecer su identidad y crear redes de apoyo sólidas, contribuyendo social y económicamente a los lugares donde se establecen. Finalmente, comprendimos que el desarraigo se vive de manera distinta en cada generación, mientras los primeros migrantes recuerdan lo que dejaron atrás, sus descendientes reconstruyen su identidad entre lo heredado y lo vivido en el Caribe colombiano.
Por eso, el nombre de nuestro proyecto “Cuerpos que emigran, almas que regresan” resume esa dualidad entre la distancia física y el retorno simbólico a las raíces.





