SOBERANÍA entrevistó a Paula Andrea Patiño Mantilla, geóloga de la Universidad de Caldas y magíster en Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente de la Universidad de Manizales, con amplia experiencia en el sector petrolero.
Patiño Mantilla nos habló sobre la importancia de la geología para el desarrollo de un país, la situación de esos profesionales en Colombia y las decisiones ―contrarias al interés nacional― del Gobierno Petro en esa materia.

Paula Andrea Patiño Mantilla. Fotografía de su archivo personal.
Periódico SOBERANÍA: En primer lugar, ¿cuál es la importancia de la geología para el país?
Paula Patiño: Desde el punto de vista ambiental, la geología debe ser tenida en cuenta en todo el territorio debido a la complejidad de los suelos del país. Es fundamental conocer las características geológicas de los diferentes departamentos puesto que se relaciona con el desarrollo de las ciudades y municipios. Por ejemplo, en los planes de ordenamiento territorial (POT) es útil para determinar los riesgos asociados y complejidades presentes de determinada área.
Por lo anterior, la doctora Clemencia Gómez ha luchado por lograr que cada municipio cuente con un geólogo, pues temas tan sencillos como la planeación de asentamientos deben ser analizados por estos. Nos ahorraríamos tragedias como la de Putumayo en 2017.
Por otro lado, la geología ambiental también se encarga de verificar todo tipo de impactos y riesgos asociado a actividades antrópicas como las minas, la apertura de carreteras, el desarrollo de proyectos, construcción de embalses o expansiones urbanísticas.
Periódico SOBERANÍA: Tenemos ejemplos latentes…
Paula Patiño: Sí, la sismicidad asociada a la falla romeral y movimientos tectónicos. Esto nos pone en riesgo. Es importante conocer cómo evitar tragedias. Estos temas los abordamos en las recomendaciones al momento de hacer construcciones, previendo la capacidad de los suelos, las características de los materiales de construcción y la aplicación de las normas recomendadas para estructuras sísmicas.
En cuanto a la sismicidad y los eventos volcánicos, en Colombia la falta de geólogos se refleja en tragedias y desastres como el ocurrido con el Nevado del Ruiz en 1985. Este evento permitió conocer mejor el territorio y comprender que hay zonas de riesgo. Deben ser evaluados los peligros asociados, determinar las zonas de mayor impacto, reducir la exposición de vidas, o por lo menos, con los monitoreos generados, alcanzar a emitir alertas tempranas.
Periódico SOBERANÍA: ¿Y frente a los yacimientos minerales?
Paula Patiño: Colombia ofrece una gran alternativa de productos para explotar, canteras para sacar materiales de construcción, el oro, minerales raros, entre muchos otros. En estos casos los geólogos somos los encargados de identificar el yacimiento o la zona a trabajar; por medio del geólogo se consigue el permiso minero ya que este debe ser tramitado en los municipios bajo la premisa de que el subsuelo es del Estado y es este quien otorga las licencias.
Los geólogos en estos casos también ayudan a elaborar el estudio de impacto ambiental, identifican las formaciones superficiales afectadas y el inventario de procesos erosivos existentes u otros que se puedan generar. Además, en compañía de los ingenieros de minas, hacen el cálculo de reservas y diseño de extracción de los minerales de interés.

Fotografía del archivo personal de la geóloga Paula Andrea Patiño Mantilla.
Periódico SOBERANÍA: ¿En materia de la geología del petróleo, cómo estamos?
Paula Patiño: Colombia, a pesar de las complejidades geológicas que presenta, tiene cuencas de bastante interés económico. El crudo hasta el momento es la mejor fuente energética utilizada como combustible y generación de subproductos.
La producción nacional genera una oferta económica muy importante, y aunque algunas cuencas representan alta complejidad, si los costos de venta son altos, puede obtenerse alta rentabilidad, inyectando aportes al sistema económico. Más aun, entendiendo que Ecopetrol es una empresa público-privada donde el Estado tiene el mayor porcentaje y suministra dividendos de manera continua, sin contar las regalías hacia los territorios.
El geólogo en esta área es quien identifica las zonas más probables de exploración. Luego se desarrolla el estudio sísmico donde podemos identificar las estructuras de interés y las posibles cuencas o campos a explorar.
Luego de identificar las trampas geológicas, analizamos la viabilidad para generar el proyecto y determinar el punto de exploración. Allí es donde se decide perforar. En ese caso hay varios geólogos involucrados: el de yacimientos, quien indica la zona; el geólogo de campo, es quien va llevando el registro de la perforación hasta indicar dónde hay petróleo; y el Wellsite, quien corrobora la información y da un veredicto sobre si el yacimiento cumple o no los requisitos.
Finalmente, el geólogo de yacimientos estima las reservas de petróleo y determina si el campo debe seguir siendo explorado o, por el contrario, debe abandonarse.
Periódico SOBERANÍA: Por lo visto la geología resuelve una gran variedad de problemas…
Paula Patiño: Muchos. Se puede conseguir solucionar o, por lo menos, prevenir eventos futuros que en el pasado ocasionaron daños y tienen potencial de ser repetitivos, como es el caso de las inundaciones, derrumbes, terremotos, erupciones volcánicas, entre otros. También problemas asociados a la obtención de materiales para la construcción o de interés económico para la producción de acero, joyería y agroquímicos, de tipo energético o relacionados con el carbón y el gas. También hidrocarburos, mediante la generación de crudo con potencial para combustible y desarrollar subproductos como textiles y derivados como el plástico, destacados por su uso común. Incluso, las hidroeléctricas demandan geólogos, pues estas requieren evaluaciones para determinar cauces de ríos, caudales, cálculos y análisis correspondientes para hacer los trazos para elegir los puntos de almacenamiento y determinar los impactos.
Periódico SOBERANÍA: ¿Qué impacto tiene la disminución de la oferta en Colombia?
Paula Patiño: Diversos impactos. El más importante a nivel interno, pues el crudo en este momento ha tenido cifras comerciales llamativas y a nivel internacional viene con buenos precios. No poder vender implica no tener ganancias en un momento en que los precios se mantienen al alza. Lo otro es que no se cubre la demanda interna y toca pagar a precio internacional. Además, las ganancias de la estatal son una caja muy grande para soportar cuentas fiscales del Estado.
Por eso, pensar en comprar a otros países teniendo la posibilidad de generar hidrocarburos de manera interna, resulta absurdo. Ahora bien, suponer que con eso dejamos de contaminar no es verdad, pues lo van a comprar a otro que está explotando el recurso. Sin contar que al final será quemado en Colombia. Las emisiones igual se van a generar, con la consecuencia negativa que terminaremos pagando y fortaleciendo un agente externo en detrimento de la capacidad de producción colombiana. Todo esto implica desempleo, menor poder adquisitivo y estancamiento económico.
Periódico SOBERANÍA: ¿Y en cuanto al gas?
Paula Patiño: Dejar de producir gas y llegar a racionamientos es igualmente complejo, es obligar a muchos colombianos a volver al cilindro. Esto implica gastos en la economía de las familias y reversa en lo técnico. Es un retroceso en varios sentidos.
Periódico SOBERANÍA: ¿Se está quedando Colombia sin petróleo?
Paula Patiño: Reservas hay, lo que surgen son obstáculos para poner en marcha los proyectos más importantes, que pueden resolver la demanda energética. Tanto obstáculo puede estar generando problemas de disponibilidad. Estamos dejando pasar un buen momento en el mercado internacional.

Fotografía del archivo personal de la geóloga Paula Andrea Patiño Mantilla.
Periódico SOBERANÍA: ¿Cuál es la situación actual de los geólogos en Colombia?
Paula Patiño: En la actualidad se estima que más del 50 % de los geólogos de Colombia están desempleados o ejerciendo tareas no relacionadas con sus saberes.
Creo que esto denigra la carrera, sin contar que los salarios ofrecidos en muchos casos son bastante bajos, más aún si tenemos en cuenta que la labor es de tipo técnico y en campo, con elevado grado de dificultad. Implica estar lejos de casa, muchas veces en condiciones no muy cómodas.
Los geólogos en Colombia estamos en una sin salida. El país poco invierte en investigación y gran parte del oficio es investigar y comprender los procesos de la corteza terrestre. Desde la óptica ambiental y extractiva el geólogo viene siendo relegado y cada vez es menos tenido en cuenta.
Periódico SOBERANÍA: ¿Qué hacer?
Paula Patiño: Que los geólogos tengan lugares adecuados en los que representar los planes de ordenamiento territorial (POT) y los panes nacionales de restauración (PNR) del país. Con nuestros servicios podría haber una planeación territorial más acertada. Pero no es lo que sucede. Menos aún porque este rol no es obligatorio, muchas veces termina ocupado por otro tipo de profesionales sin la cualificación suficiente para comprender los procesos terrestres y la dimensión de los efectos que pueden generar algunas acciones.
En el campo del sector minero energético, el primer problema para los profesionales en geología es lidiar con el hecho que algunos equiparan su ejercicio al de la destrucción, por su relación con la minería o extracción de hidrocarburos. Pero nada más alejado de la realidad, pues el geólogo, así como determina las zonas más aptas, también puede ver los impactos y sugerir cómo amortiguarlos. Y al probar las reservas, es quien indica la viabilidad de los proyectos.
Un ejemplo muy claro son las canteras, estas son totalmente necesarias para las construcciones que ayudan al desarrollo humano. O las minas de sal, ¿qué hacemos los humanos sin sal? Hay cosas que sí o sí son necesarias. O las minas de magnesio y silicio, elementos totalmente útiles en la vida humana. No utilizar la ciencia de la geología significa ir en retroceso.
Periódico SOBERANÍA: ¡Como volver a la caverna, o ser nómadas por necesidad!
Paula Patiño: Así es. Por supuesto, también hay malas prácticas y lugares impactados negativamente por la minería.
Periódico SOBERANÍA: ¿Cree que la propuesta del Gobierno Petro de desmontar el sector petrolero es una solución real para disminuir los efectos ambientales?
Paula Patiño: No me gusta la propuesta del Gobierno de Petro. Considero que se ha encargado de eliminar y poner trabas a algunos proyectos de hidrocarburos, sin considerar los efectos. Es cierto según la Ley 1715 de 2014, modificada con la Ley 2099 de 2021, hay que cumplir requisitos de integración de energías renovables no convencionales al sistema energético nacional, entre estos tener un porcentaje de transición energética para el 2025, pero no es acabando lo que hay.
La Ley 2099 de 2021 fija cambios en los cuales se consideran los recursos renovables no convencionales como fuente principal de desarrollo de recursos. Entonces, aparecen los paneles solares, focos ecológicos, entre otra gran variedad. Anuncian energías alternativas como los parques eólicos o solares, igual que biocombustibles, los cuales dejan ver que el remedio es peor que la enfermedad.
Ahora debatimos el tema de los parques solares o eólicos y no se dimensiona el impacto que esto va a generar en las corrientes de vientos, la orientación de las aves, las comunidades y los impactos residuales y en general la alteración de los ecosistemas. Esto para decir que tumbar el malo conocido, por un “bueno” desconocido y sin evaluar, no es la manera de afrontar estos retos. Se requiere dejar de contaminar, es claro, pero entre otras cosas eso demanda recursos para hacerlo, y estamos acabando con una fuente grande como Ecopetrol.
Todas las alternativas de las que se viene hablando tienen impactos grandes y el país no tiene la tecnología propia ni el desarrollo para evaluarlo con suficiencia. Al final, está claro que un país incapaz de promover educación de calidad, de invertir con suficiencia en investigación, difícilmente podrá lograr una transición energética justa para su pueblo.

Fotografía del archivo personal de la geóloga Paula Andrea Patiño Mantilla.