Jóvenes en Paz es el programa más sonado del Gobierno Petro. Su promesa es vincular a la educación y el trabajo a jóvenes pobres, de zonas rurales, víctimas de explotación sexual o sometidos a contextos de criminalidad, brindándoles como garantía e incentivo una transferencia monetaria. SOBERANÍA estuvo en la protesta de un grupo de beneficiarios frente a la sede de Prosperidad Social en Bogotá, entrevistó a dos de sus líderes y encontró una realidad distinta.
Plantón de beneficiarios del programa ‘Jóvenes en Paz’. Fotografía de SOBERANÍA.
Periódico SOBERANÍA: ¿Qué los trae acá?
Daniel: Estamos protestando para que nos paguen por el estudio que ya hicimos. En la localidad de Kennedy, solamente se le ha pagado a un 4 % de los beneficiarios. Hay mamás, hay personas con discapacidad, y el arriendo no nos va a dar más espera hasta que el Gobierno quiera. Solamente estamos exigiendo que nos cumplan y que no nos tengan con cuentos. Primero dijeron que el pago se corría del 15 al 22 de octubre, luego del 22 al 25, después que hasta el 31. Queremos una fecha específica y un compromiso firmado de que nos van a pagar lo que nos deben, sin sacarnos excusas. A los profesores tampoco les han pagado y, si les pagan, les dan lo que les dé la gana.
Valeria: Exacto. Cuando a mí no me llegó el pago, estaba en una situación muy densa. Necesitaba el dinero. Le conté a mi profesor que incluso me estaban amenazando porque debía dinero. Él me dijo “Vale, te prestaría, pero también llevo tres meses en que no me han pagado”. ¿Qué está pasando?
Periódico SOBERANÍA: ¿Esta problemática solo se está presentando en su localidad?
Valeria: No. No estamos hablando solo de Kennedy, Suba, Bosa o siquiera Bogotá. Esto es a nivel nacional. Son muchos los municipios en los que no se ha recibido el pago, en los que nos les han dado buen alimento, en los que les han faltado al contrato. Porque nosotros firmamos un contrato en donde nos comprometíamos. Nosotros vamos juiciosos, cumplimos con nuestra corresponsabilidad, aprendemos, hacemos trabajos sociales, pero no nos están cumpliendo.
Daniel: Acerca de la alimentación, como dice la compañera, llega en mal estado. A mí una vez me tocó ir al hospital porque me intoxiqué. Nos ha pasado a nivel nacional, en Suba, en Soacha, en Kennedy. Los almuerzos han llegado dañados a los puntos y nos toca botar la comida a la basura.
Valeria: Cuando entramos al programa, claro, todo muy bonito. El almuerzo venía con sopa, venía con su fruta, venía con su jugo. Ahora solo nos están dando el seco y es algo muy mínimo. Hubo veces en que llegaba un poquito de pasta, una papa y arroz. A veces están dañados, a veces huelen mal.
Periódico SOBERANÍA: ¿Qué llamado le hacen al Departamento de Prosperidad Social?
Valeria: Estamos acá porque nos están pintando que podemos acceder a una educación, que si nos están dando una ayuda monetaria es precisamente para que no tengamos que preocuparnos. Al final no nos están dando nada, porque si no nos dan el dinero nosotros tenemos que salir a trabajar y olvidarnos de ese sueño de estudiar otra vez. No nos quiten la oportunidad, o al menos no nos prometan cosas que no nos van a dar.