Periódico SOBERANÍA: ¿Qué suscitó el paro de camioneros?
Armando Puerto: Son varios factores relacionados con el Fondo de Estabilización de Precios del Combustible (FEPC). Nosotros llevábamos más de un año sentados con el ministro de Hacienda, quien atendía instrucciones gubernamentales para buscar fórmulas alternativas. Pero, cuando aplican un incremento de $1900 al ACPM, históricamente no visto en esas proporciones y que termina afectando buena parte del margen de rentabilidad de los propietarios del transporte, pues eso crea un malestar y hace que la gente diga “me voy a la calle”.
Es palpable el margen de ganancia que el aumento le quita a los transportadores. Eso empuja a diversos sectores del transporte, de manera autónoma, a inmovilizar parte de la flota y salir a protestar. Fueron grupos variados de propietarios, protestando con un interés legítimo, aunque el grado de atomización dificultó la negociación.
Periódico SOBERANÍA: ¿Qué balance hacen de la negociación?
Armando Puerto: Los reclamos y lo negociado en la mesa son acuerdos legítimos, siendo importante precisar que todos los problemas allí discutidos son estructurales, no los generaron los propietarios, las empresas, ni el mercado, fue consecuencia de que el Estado obstruyó al sistema y la forma de tener relaciones económicas en el sector. Unas personas habilitadas, con inversiones en el sector, con unas dinámicas… salen afectadas y el dolor causado es legítimo. Entonces el presidente Petro puede decir ‘vamos a acabar las empresas’, e implícitamente está diciendo ‘vamos a cambiar el modelo’, pero ese modelo no lo estructuraron los empresarios o propietarios de carga, fue el Estado. Entonces, ¿va a cambiar todo el modelo? Hay que saber que eso tiene unas implicaciones, incluidas las de sentarse con los actores y proponerlo en su legítima competencia, y más allá de “bueno o malo”, requiere revisar todo lo que cobija el sector.
Periódico SOBERANÍA: Por lo dicho, no es un asunto de menor cuantía…
Armando Puerto: Para nada. ¿Cómo va a cambiar, por ejemplo, el servicio de transporte intermunicipal de pasajeros, tienen estudiadas las implicaciones, existe una transición formulada? En el país hay un ejemplo, lo sucedido en el año 2000 con el servicio de transporte urbano. El Estado fijó un modelo nuevo de transporte público, montaron todo un sistema que se extendió a otras regiones y luego esas empresas tuvieron que atender varios frentes de servicios desconocidos para ellas, variables como la reposición, entre otros. Quedaron abocados a problemas que tienen los propietarios hoy en día en el micronegocio o la unidad, y ya hemos visto ese modelo no resultó autosostenible financieramente, entonces, cada cuatro años inventan algo en el Plan de Desarrollo para subsidiar el sistema, porque por la vía tarifas no es sostenible, incluso Petro lo hizo cuando fue alcalde.
Ahora, es legítimo proponer un cambio en el modelo, pero de ahí a consolidarlo, eso no es de meses, implicaría fases más allá de decir ‘haré un modelo diferente’.
Periódico SOBERANÍA: ¿Cuál es la propuesta para el tema del ACPM?
Armando Puerto: Primero digamos, si al Gobierno Nacional le parece tan malo el FEPC, una media de hace varios años, en últimas una forma de compensación que cubrió en términos de variables el control del precio de los combustibles y el impacto en el costo de vida de los colombianos, y el Gobierno lo que pretende es llevar los precios al costo internacional, ¿por qué no eliminó el Fondo Estabilización, no lo propuso así en el Plan de Desarrollo? Ellos y varias entidades lamentan el déficit, pero incluso los acreedores internacionales llaman la atención que en términos fiscales es el Gobierno el responsable de eliminarlo. Es bueno recordar que en época de pandemia no se eliminó porque estaba de por medio un acontecimiento global sanitario y, en ese marco, no podían tocar los precios de los combustibles.
Otro aspecto. Los transportadores advierten que estamos en una situación recesiva y eso ocurre cubre a sectores que generan mucho volumen de carga, por ende, no es un buen momento para subir el ACPM.
En ese orden, una propuesta sería una mesa técnica con un objetivo concreto, establecer metas de recuperación tangibles. ¿Por qué? Miremos un ejemplo desde la orilla del transporte de pasajeros: en el 2023, movió 110 millones de pasajeros comparado con 101 millones del 2022, resulta alentador, un crecimiento del 9 %. Sin embargo, al revisar el histórico, en el año 2019 ―prepandemia― alcanzó 136 millones de usuarios, evidencia esto que el consumo de los hogares del servicio de transporte no se ha nivelado desde entonces.
Ahora, si usted con políticas de fomento, incentivo, lleva a ese sector a tocar de nuevo los 136 millones de viajeros, está nivelando, entonces podría discutirse una exigencia del alza, pero esa no es la realidad hoy. Y si además como Estado no hace nada frente a los sistemas ilegales de transporte, mientras al que paga todas las obligaciones tributarias y demás de ley les sube a $11.000 pesos el galón de ACPM, pues está aplicando lo contrario a un incentivo. Con el sector de carga pasa igual, cuando nivelemos esos volúmenes de carga o modifiquemos la tendencia negativa del ciclo, sin perder de vista los registros del crecimiento económico que también muestran señales, el último fue del 2.1 %, hablamos de nuevos costos.
Y cuando dicen que la inflación no va a subir como efecto del alza, pues en parte hasta razón tienen, es que en un mercado con tantas distorsiones es muy complejo transferir los costos al consumidor. El aumento pega al costo operativo, pero en un mercado con disminución en la demanda y otras fallas, saben los expertos que ese costo no se puede trasladar en su totalidad, lo que va a terminar creando es más distorsiones. Se lo dije al ministro, si usted va a presionar el costo operativo de todas esas unidades, pues tiene que brindar margen para que puedan producir economías de escala, ser más productivo frente a ese incremento, pero la realidad es lo contrario, abundan elementos de seguridad u otros que obedecen a factores sociales, o de infraestructura en parte deteriorada, todas variables de incrementos.
En síntesis, si una tractomula iba ocho veces a Buenaventura y hoy va cuatro veces, ¿cómo va a poder gestionar ese incremento en costos? ¿Decidiendo subir al precio? No. Primero garantice que la tractomula no tenga que diferir ese aumento sobre un menor número de viajes, al contrario de como ocurrió y terminó generando la protesta social que ya el país conoció. Porque tampoco nos digamos mentiras, el precio del diésel es una decisión de economía política, este elemento del ACPM se tiene que analizar así.
