Periódico SOBERANÍA: ¿Cuál es la situación de la caficultura colombiana?
Carlos Arturo López Ríos: Más del 80 % de los cafeteros están por debajo de las condiciones de pobreza, lo cual impide su progreso. Estamos entre el abandono permanente de los gobiernos de turno y la burocratización de la Federación de Cafeteros, tomada por unos pocos, aprovechándose de la contribución cobrada a los cafeteros. Eso ha conllevado a que haya existido una serie de manifestaciones continuas para exigir soluciones. Se deteriora la vida de quienes construyen el paisaje cultural cafetero, se reducen las áreas sembradas cada vez más, y envejece el parque cafetero por la falta de renovación y de los caficultores, porque los jóvenes se niegan a heredar esta labor en la que ven más sufrimiento que otra cosa. Hoy día, quienes en realidad se benefician son las multinacionales del negocio del café, mientras los cafeteros escasamente sobreviven.
Periódico SOBERANÍA: ¿Qué ha respondido el Gobierno Petro?
Carlos Arturo López Ríos: El Gobierno sigue más dedicado a mantener esas disputas de índole administrativo por los dineros que maneja la Federación de Cafeteros, pero soluciones de fondo no hemos visto por ningún lado, con interpretaciones erróneas que hacen ministros, como el de Hacienda, Ricardo Bonilla, que llegó a hablar de “mini bonanzas”, desconociendo nuestra realidad y precariedad.
Por el contrario, toman medidas, como el catastro multipropósito, afectando la actividad de los cafeteros. Han estado cerrados a dialogar, haciendo caso omiso de las manifestaciones que exigen estabilidad del precio, prefieren reunir personas a conveniencia. Falta voluntad política para tomar medidas que mejoren los índices de calidad de vida de 550 mil familias.
Periódico SOBERANÍA: ¿Qué soluciones requiere el sector?
Carlos Arturo López Ríos: Que el Gobierno tome medidas y subsidie la estabilización del precio interno y haya una mediación para crear una veeduría a la administración de los dineros públicos a cargo de la Federación de Cafeteros. Eso de seguir administrando sin rendir cuentas públicas no se puede permitir. También revisar los recursos que transfieren empresas que explotan la imagen de los cafeteros colombianos, cuyas regalías al gremio son ínfimas, estos deben aumentar para invertirlos en programas que realmente beneficien a las bases cafeteras.
Queremos el fortalecimiento cooperativo pero no por intereses políticos, debe ser sin amaños y favorecimientos a pequeños grupos sometidos a la Federación o al Gobierno mismo. Nosotros buscamos que las ganancias lleguen a los caficultores, porque, si bien hay demanda del producto, en las condiciones actuales de olvido todo está dado para que la actividad desaparezca paulatinamente. Recientemente pude verificar que el café colombiano ni aparece en las vitrinas del mundo, lo usan es para mezclar. Si eso no cambia, seguiremos movilizándonos.
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