¿Será que el presidente Petro le entregará, por otros 30 años, a los riquísimos y poderosos banqueros y a pulpos extranjeros la explotación de las carreteras nacionales de Caldas, Risaralda y Quindío? Los peajes que hemos pagado por décadas han llenado los bolsillos de los potentados que se lucran de lo poco de que disponen los obreros, los campesinos, los choferes y todos aquellos que necesitan transitar por carreteras que deberían ser patrimonio público, y no una generosa dádiva del gobierno a quienes todo lo tienen.
El presidente Petro repite que su compromiso es con el pueblo que lo respaldó y que no tiene afectos con multimillonarios vinculados a negocios tan lucrativos que atraen, como las moscas a la miel, hasta a capitales internacionales que no se dedican precisamente a hacer obras de caridad. Alrededor de la IP Conexión Centro se han presentado una serie de verdades a medias, cuando no falsedades, que consideramos necesario abordar.
- Se señala que la carretera Calarcá La Paila está congestionada, cosa que es cierta, dado que por ella se mueven diariamente alrededor de 17 mil tractomulas. La vía comunica al primer puerto con el centro del país por lo que es necesaria su ampliación. El peaje de esta vía es el que menos aporta de los 7 que ahora se pretenden destinar, por décadas, a resolver una necesidad nacional y un dolor de cabeza para Armenia y Calarcá. Para ello, se quiere hipotecar dineros que necesitan de manera urgente Caldas y Risaralda y que les pertenecen por ley, toda vez que el recaudo de los peajes se genera en estos departamentos.
- Le dicen al gobierno que no tendrá que poner un solo peso para hacer esa carretera, que quien pondrá el dinero serán los grandes bancos, entre ellos uno enorme de Australia, lo cual es una verdad a medias, pues quien pondrá el dinero será el pueblo a través de los peajes más caros por kilómetro de los que se tenga noticia. Al recorrer los 98 kilómetros de la IP Conexión Centro, un carro de categoría 1 paga un dólar por cada 8 kilómetros recorridos, mientras en Río-São Paulo se paga ese dólar cada 30 kilómetros; en Buenos Aires-La Plata, cada 77,1; en Estados Unidos, en la Turnpike Miami-Orlando, cada 34; en París-Lyon, 19,56 y en Quito-Guayaquil, más generosa, 174,6 kilómetros por un dólar. Los banqueros, en una suerte de gota a gota, hacen la inversión asegurando ingresos diarios de los que disponen sin necesidad de rendir cuentas.
- Se vende el relato de que la IP Conexión Centro es una empresa generosa que regala cuadernos y computadores a los niños, hospitales y carreteras en otros lugares. Esto no es cierto, pues se trata de recursos que paga el pueblo. Se trata en últimas de obras pagadas por impuestos, cuando no, pequeñas dádivas electorales a quienes les respaldan.
- Se dice que Caldas y Risaralda son egoístas por no financiar con sus dineros una carretera que favorece a otros, cuando lo que en realidad sucede es que Manizales, Chinchiná, Santa Rosa, Dosquebradas y Pereira están cercadas por peajes que afectan a los ciudadanos, a quienes no le queda más remedio que pagarlos para poder ir al trabajo, a la escuela, al médico o a sus hogares.
- Por último, se afirma que la IP Conexión Centro une al Eje Cafetero. Al contrario, el alto número de peajes y su alto costo propicia la desunión y la división entre departamentos y castiga a una ciudadanía empobrecida. Por si fuera poco, se pretende macartizar a quienes hemos defendido que los dineros se inviertan allí donde se generan y que han antepuesto los intereses de los habitantes del Eje Cafetero al de los pulpos financieros, mercenarios bien pagos y vendedores de lo público.
Por lo anterior, hay que decir NO a la IP Conexión Centro.
19 de agosto de 2025,
Veeduría Autopistas del Café