
Opinión
Diario de un instructor del SENA en tiempos de crisis
Decidí escribir esta crónica porque las voces de mis familiares, amigos, aprendices y colegas resuenan con una fuerza que no puede quedarse en el silencio de las conversaciones de pasillo o en el eco de los salones vacíos. Cada historia que escucho en el SENA, cada mirada cansada o gesto de esperanza, es un reflejo de un país que lucha por mantenerse de pie en medio de promesas incumplidas y realidades que duelen.