La economía estadounidense ha crecido a una tasa promedio de 2,72 % en los últimos 3 años, un desempeño aceptable frente a las economías de Europa y Japón, pero menor a rivales geopolíticos como China, India y Rusia. Dicho crecimiento económico no estuvo ligado a extraordinarias tasas de productividad, especialmente si se compara con el promedio de décadas anteriores.
Entre los especialistas, como Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics, se señala que este crecimiento se debe en gran parte a la creciente participación de la población inmigrante ―incluyendo especialmente los indocumentados―, cuya participación ha tenido un efecto de “alivio a la presión sobre la economía”.
A las presiones relacionadas con la productividad, los déficits crecientes a nivel fiscal y comercial, entre otros, se suma un problema de escasez de mano de obra, descrito en el último informe de la Cámara de Comercio de Estados Unidos[1] que señala que hay más de 8 millones de puestos vacantes y 6.8 millones de trabajadores desempleados. Esta ha sido la constante desde 2016: más trabajos que trabajadores disponibles ―exceptuando el periodo de la pandemia―. Sobre esta tendencia el informe señala:
“En 2023, los empleadores terminaron añadiendo 3,1 millones de puestos de trabajo (…) muchas de esas vacantes no se cubren porque Estados Unidos no tiene suficientes trabajadores para cubrirlas. Aunque hoy tenemos más estadounidenses participando en la fuerza laboral que antes de la pandemia, la proporción general de la población que participa en la fuerza laboral ha disminuido”.
El promedio anual de vacantes pasó de 3.82 millones en el periodo de 2010-2014 a 9.22 millones en el periodo de 2020-2023. Los sectores de servicios de educación y salud y el de ocio y hostelería son los que muestran sistemáticamente la mayor cantidad de vacantes. Así, por ejemplo, las vacantes en el sector de ocio y hostelería pasaron de 0.47 millones a 1.27 millones entre esos mismos periodos.
La Cámara de Comercio advierte que la tasa de participación de los estadounidenses en la fuerza laboral pasó de 67,2 % en 2001 a 62,7 % en 2024. Parte de esta escasez de mano de obra se explica porque el promedio anual de la población nativa en edad de trabajar viene desacelerando drásticamente su participación en el mercado laboral, producto de tasas de natalidad más bajas[2] y retiros por jubilación de la generación de los baby-boomer.[3]
Mientras en el quinquenio 2000-2004 anualmente entraban en promedio 1.64 millones de nativos al mercado laboral, para el periodo 2010-2014 el promedio bajó a 0.78 millones y entre 2020-2023, el resultado fue negativo en −0.27 millones (más jubilados frente a jóvenes entrando al mercado laboral).
Por el lado de los no nativos, inicialmente la situación no era muy diferente hasta antes del 2020. Su participación en el mercado laboral empezó a descender desde comienzos de siglo cuando la media anual en el periodo de 2000-2004 era de 0.9 millones, hasta progresivamente caer a los 0.15 millones cada año entre 2015-2019. Entre 2020-2024 la tendencia se revirtió, alcanzando anualmente promedios superiores de 1,1 millones cada año.
Para el 2024 el porcentaje de población nacida en el extranjero alcanzó el registro histórico más alto, 15,6 %, equivalente a 51,6 millones de personas, según la Oficina de Presupuesto del Congreso. Pew Research Center estimaba para el 2023 que cerca del 76 % tienen una condición migratoria regular, sea porque ya se han naturalizado como ciudadanos (aprox. 48.8 %), porque son residentes permanentes (24.01 %) o porque tienen permisos temporales para estudio y/o trabajo (4 %).
El 24 % restante, estimado en más de 12 millones, son inmigrantes no autorizados, una cifra que mantuvo una media desde el año 2000 cercana a los 10.7 millones y que en los últimos 2 años creció considerablemente ―a media de 2.3 millones según la oficina de Presupuesto del Congreso―.
La tendencia de las deportaciones en la última década nos da otra pista sobre esta cuestión: entre 2010-2016 (Obama) el promedio anual de deportados fue de 382 mil, durante el periodo de Trump dicho promedio anual descendió a 301 mil, para finalmente caer a 173 mil durante el periodo de Biden[4].
Los datos resumidos en el gráfico siguiente resaltan la tendencia de diversas variables ―vacantes laborales, participación de trabajadores nativos en el mercado laboral, el crecimiento de migrantes indocumentados y las deportaciones―. Las tendencias sugieren que, más allá de la retórica que divide a republicanos y demócratas en materia migratoria, ambos bandos coinciden en la implementación de un mecanismo para regular la mano de obra barata. Los inmigrantes son ignorados o estigmatizados, recibidos o perseguidos, según la conveniencia de la política económica y las necesidades empresariales.
Mientras la participación de la mano de obra nativa era alta y las vacantes laborales estaban a niveles más bajos, el gobierno de Obama mantuvo los niveles de deportación más altos en los últimos 25 años y el ingreso de inmigrantes indocumentados fue mucho más restringido. Cuando la participación nativa en el mercado laboral empieza a bajar y las vacantes laborales aumentan, en los gobiernos de Trump y Biden aumentan los ingresos de migrantes indocumentados y disminuyen las deportaciones.
Este análisis no propone desconocer las condiciones objetivas que impulsan los flujos migratorios desde los países de origen, pero si centrar la mirada en los criterios económicos que guían, independiente del partido, la respuesta de los gobiernos de Estados Unidos.
Como se señaló al inicio, la migración ―incluyendo la irregular― ha fungido como salvavidas para la economía estadounidense postpandemia: un auténtico ejército de reserva periférico, súbitamente vinculado al tejido económico, produciendo, consumiendo y pagando impuestos[5], especialmente para Estados como Nevada, California, Texas o Florida donde solo los indocumentados representan más del 7 % de la fuerza laboral (Pew Research Center).
La retórica hostil de Trump en su segundo mandato puede responder a una previsión sobre el cierre de la brecha entre vacantes y contrataciones en el mercado laboral o a un intento por responder falazmente al malestar social que crece entre los estadounidenses por los niveles escandalosos de desigualdad. Lo revisaremos en una próxima entrada.
Fuente: Datos tomados de Pew Research Center Unauthorized immigrants in the labor force for states, 2022
Referencias:
[1] “Entendiendo la escasez de mano de obra en Estados Unidos 2024
[2] Se espera que la tasa de crecimiento de la población estadounidense se desacelerará en los próximos 30 años, pasando de 0.6% entre 2024-2034 a 0.2% entre 2045-2054. En https://www.census.gov/
[3] Solo en 2021 hubo más de 3 millones de jubilaciones anticipadas. Ver más en Bloomberg “covid early retirees top 3 million in us fed research show”
[4] Ver Inmigración ilegal en EE. UU.: deportaciones de extranjeros 2014-2024
[5] Las contribuciones impositivas por parte de inmigrantes indocumentados en 2022 alcanzaron los US $96700 millones entre impuestos estatales y locales e impuestos federales sobre el ingreso y el seguro social (Institute on Taxation and Economic Policy. “Inmigrantes indocumentados y los pagos de impuestos”).