Las regresivas políticas energéticas del gobierno de Gustavo Petro acaban con la producción nacional e impulsan el consumo de combustibles importados a altos precios, afectando de manera grave la soberanía energética y el costo de vida de los hogares.
Mientras tanto, la postura del Gobierno Nacional en contra de los hidrocarburos, antes que favorecer la transición a energías “limpias” dificulta que se garanticen los requerimientos energéticos del país y ha conducido a la que fuese la empresa más importante del país, Ecopetrol, a su marchitamiento.
El acatamiento de Petro de las directrices dela banca multilateral, en especial del FMI y del Tratado de Libre Comercio con EEUU, en el que se propone “internacionalizar” los precios de los combustibles, sometió al pueblo colombiano a un alza sin precedentes de los costos de la gasolina (de casi 74 % desde octubre 2022) y del diesel, que desde agosto de 2024 superó los 1.900 pesos por galón, con ajustes adicionales de más de 1.300 pesos en los últimos meses de ese año, más 100 pesos extra en octubre de 2025) con las consabidas afectaciones sobre el transporte y el precio a los bienes de consumo. A ello se le suma la anunciada alza de los precios del gas vehicular, industrial y domiciliario, que golpeará aún más el bolsillo de todos los consumidores.
La pandemia del 2020 obligó al Gobierno de Iván Duque a imponer a las empresas de servicios públicos la opción tarifaria, que moderó los impactos en los aumentos de las tarifas, sobre todo en el sector energético, de tal manera que los usuarios no asumieran aumentos inmediatos en sus facturas durante el confinamiento.
Esa decisión condujo a que en el año 2024 y 2025 los colombianos vieran un aumento en las facturas que oscilaba entre 25 % y 28 % lo que generó un profundo malestar, pues como era de esperarse en un país profundamente desigual, muchos no habían logrado reponerse de los estragos de la pandemia.
La esperanza de que el gobierno de Gustavo Petro disminuiría los altos precios de los servicios públicos, tal como lo había prometido durante la campaña, se diluyó junto a las otras tantas promesas incumplidas.
Por el contrario, hoy el señor ministro de Minas y Energía, sin empacho alguno, pretende que los estratos 4, 5, y 6, aparte de los sectores comercial e industrial, asuman los costos de la enorme deuda adquirida por el gobierno con las comercializadoras. Al mismo tiempo, los ciudadanos más pobres, que en su momento recibieron unos pírricos beneficios, tampoco verán una disminución de sus facturas, a pesar de su penosa condición.
Nuevas alzas en gas domiciliario
Hoy el gobierno de Gustavo Petro autorizó una nueva alza del gas domiciliario e industrial que, en casos como los del Eje Cafetero, alcanzará entre 25 % y 30 % del costo actual del metro cúbico de gas, todo en el marco de su política profundamente regresiva de no producir o explorar gas en el territorio nacional, con el pretexto de salvar al medio ambiente, como si el gas importado no contaminara.
En lo que respecta a la Costa Atlántica, sigue enfrentando la peor situación, con costos altísimos y facturas impagables.
De acuerdo con el periódico Portafolio (12/12/2025), el país afronta un sombrío panorama energético ante la escasa oferta de gas, la baja inversión y la reducción de reservas de hidrocarburos. “…ha tenido que usar la fuente importada que tiene disponible la regasificadora Spec para abastecer la demanda esencial que cobija el sector residencial, vehicular, comercial, entre otros. Esto en razón que lo que se produce en Colombia no alcanza para suplir lo que se requiere” “En la actualidad el déficit por la molécula durante el 2025 fue de 17 %.”
Sin embargo, el equipo de investigación de Bancolombia, afirma que ya aumentó al 18 %. Debido a la mayor disponibilidad de gas en el mercado secundario, la proyección de déficit del 20 % para 2026, se redujo hasta un rango entre 6 % y 16 %. Sin embargo, el informe del gestor del Mercado del Gas dio a conocer que el faltante por mes y trimestre, en lo que corresponde a enero del 2026, será deficitario en 14 % y 13 % para el segundo trimestre.
Se proyecta que para el cierre del 2026 el faltante sea del 23 %. La reducción de producción de petróleo ha llevado según la Agencia Nacionalde Hidrocarburos a que, con corte al 2024, el país reportó reservas para sólo 7,1 años y, según la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP), el país deberá importar más crudo para abastecer las refinerías. La ACP también estima que para el próximo año Colombia requiera importaciones de entre el 25 % y el 30 % del total de gas. Según Andrés Bitar, vicepresidente de la ACP, “Si Colombia disminuye su producción de petróleo a partir de 2027 hasta el 2035 hemos calculado que va a haber un déficit macroeconómico de $40 billones en impuestos y regalías”.
Para el gremio de los hidrocarburos, en lo que corresponde a gasolina, ACPM o diésel y el combustible para aviones, se deberán aumentar de manera importante las importaciones. Finalmente, según Portafolio, el operador del mercado eléctrico, XM, anunció que la demanda ya supera la oferta de energía. Actualmente la brecha se encuentra en -1,6 % y se espera que en 2026 pase a -2 % y 2027, -3.5 %, situación se pueda ver agravada ante la ausencia de nuevos proyectos.
Desde Colombia Soberana, secundando a la Unión de Usuarios de los Servicios Públicos, rechazamos esta política antipopular, que atenta contra la soberanía energética nacional. Por lo anterior, llamamos a todos los colombianos a rechazar de manera enfática la postura antinacional del gobierno de Gustavo Petro.
Por: Humberto Gutiérrez de la comisión de servicios públicos de Colombia Soberana
