Una de las lecciones más importantes y más rápidamente aprendidas por el movimiento universitario nacional – y que ha orientado su accionar político, con históricos triunfos que sirven de ejemplo al movimiento social en general- es que los neoliberales ya no llaman “privatización” a las privatizaciones. En cambio, recurren a toda clase de eufemismos para ocultar el objetivo central de sus políticas: convertir cada aspecto de la vida individual y colectiva en un nicho para la reproducción del capital financiero.
Por ello no sorprende el discurso del profesor Jairo Torres, rector de la Universidad de Córdoba y presidente del Sistema Universitario Estatal, quien hoy busca una segunda reelección con el respaldo del ministro Rojas Medellín y del presidente Gustavo Petro. De lograrla, completaría quince años dirigiendo los destinos del alma mater de los cordobeses.
El apoyo de Petro y Rojas Medellín a la reelección del rector Torres constituye una confirmación empírica de que, en lo relativo a la democracia universitaria – es decir, a la ponderación y el respeto por la participación activa de la comunidad universitaria en las decisiones clave del gobierno institucional-, no ha habido cambio alguno respecto de los gobiernos anteriores. Tampoco en lo que concierne al uso politiquero de los cargos de dirección universitaria.
Lo que podría parecer novedoso, aunque en realidad no lo es, es que esta política cuente con el beneplácito de un Consejo Superior que actúa en nombre de un gobierno que se define como “de izquierda” y afirma actuar en beneficio de los jóvenes más desfavorecidos.
Universidad en tu colegio: más cobertura sin financiamiento
Dos aspectos deberían llamar la atención del movimiento universitario por el impacto negativo que tendrán sobre la calidad de la educación que reciben los cordobeses y sobre las ya debilitadas finanzas universitarias.
El primero es el programa Universidad en Tu Colegio, una iniciativa del Ministerio de Educación Nacional orientada a ampliar la cobertura. Según el rector Torres Oviedo, citado por La Razón.co (18 de julio de 2025), la Universidad de Córdoba ha sido seleccionada como aliada estratégica en el departamento para su implementación. El programa prioriza la periferia geográfica del departamento, y el rector ya ha señalado: “Aquí necesitamos que los alcaldes se metan la mano al bolsillo”.
Aunque el rector lo califica como visionario, lo cierto es que no hay una sola idea nueva en esta propuesta. Se inscribe en la política de ampliación de cobertura sin el correspondiente aumento de las bases presupuestales de las instituciones de educación superior (IES), política adoptada por todos los gobiernos nacionales, al menos desde Álvaro Uribe Vélez. Una estafa monumental que ya generó distorsiones como los programas técnicos ofrecidos en 2008 en instituciones sin la infraestructura mínima para garantizar procesos educativos de calidad, a través de la Oficina de Educación Semipresencial y a Distancia (ODESAD).
En su paso por la Alcaldía de Bogotá, Gustavo Petro ensayó un piloto de educación superior integrada con la media, que incluía el denominado grado doce: un año adicional de escolaridad para obtener un títulos técnicos y tecnológicos. Si ese programa ya resultaba problemático, La Universidad en tu Colegio lo empeora al eliminar incluso ese año adicional, y propone entregar títulos como el de Técnico Profesional en Diseño Web al finalizar el grado once.
El nuevo problema es que se exige a las entidades territoriales del orden municipal concurrir a la financiación de esta trampa disfrazada de oportunidad para los jóvenes más desfavorecidos del departamento. Esta es otra de las clásicas estrategias mediante las cuales el Estado central evade su responsabilidad de financiar la
educación superior. Ya lo intentaron Uribe, Santos y duque, y todos recibieron masivas manifestaciones de rechazo por parte del movimiento universitario.
La idea de un “colegio/universidad”, en la que los estudiantes cursen simultáneamente la educación media y la superior, es regresiva y empobrecedora. Atenta contra la calidad educativa en ambos niveles, especialmente en el nivel superior, al despojarlo de su esencia investigadora y creadora, que es vital para contribuir a la solución de los problemas nacionales.
El programa de Medicina: más cargas financieras para la Universidad
El segundo aspecto es la apertura del programa de Medicina, con una oferta inicial de cuarenta cupos. El rector Torres ha afirmado que dicho programa “se sostiene por un lado con matrículas y el resto son recursos de la universidad, indiscutiblemente”.
Aunque superficialmente podría parecer motivo de celebración que el alma mater de los cordobeses cumpla por fin el sueño de sus fundadores, lo que realmente ocurre es una validación de la vieja política de privatización: imponer más cagas misionales sin garantizar una financiación estatal adecuada. Esto se traduce en el uso creciente de los recursos propios para cubrir programas estratégicos, ante la negativa histórica de los gobiernos de modificar la Ley 30 de 1992 y establecer una fórmula presupuestal que responda al crecimiento de las necesidades universitarias y al fortalecimiento del sistema público.
Según un estudio publicado por la Revista Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario (2018), el costo total de formar un médico en una universidad pública de Colombia -durante doce semestres- asciende a USD$54.962 de 2016. Con una tasa de cambio de $3.051 COP/USD, eso representa aproximadamente $219.857.000 COP actuales, considerando inflación y devaluación.
Sin incluir subsidios estatales, el costo directo por estudiante fue de USD$22.632 en 2016, que hoy equivalen a unos $118.832.307 COP.
Entonces, la pregunta obligada es:
¿Cuánto le costará a la Universidad de Córdoba este programa de Medicina, considerando que su financiamiento recae sobre los recursos propios, que equivalen apenas al 12,42% del presupuesto total?
Presupuesto total: $307.132.062.634
Recursos propios: $38.134.508.033
¿Qué se dejará de financiar para sostener el programa de Medicina? ¿Qué otros programas o proyectos misionales se verán comprometidos?
Privatización sin eufemismos
El programa de Medicina será, desde su inicio, un programa privatizado. Su sostenibilidad dependerá de mecanismos tradicionales de obtención de recursos propios que, más allá de la venta de servicios, incluyen el constante aumento de los valores pecuniarios que deben asumir los estudiantes. Esto impactará negativamente no solo en la calidad de ese programa, sino en la del conjunto de la institución.
Privatización es privatización, por más rimbombante que sea el discurso populista con el que se intente encubrirla. Esta política persigue -como siempre- adaptar el sistema universitario nacional a las exigencias del capital financiero internacional y a la condición neocolonial del país: una educación pobre para pobres, destinada a perpetuar la desigualdad, en lugar de convertirse en motor del desarrollo nacional.